El reconocido conductor del programa «El Gordo y La Flaca», compartió una divertida anécdota.
En el set que puso de manifiesto su astucia frente a una situación propuesta por su hija, Mía.
Resulta que Mía dejó el coche de su padre en casa sin gasolina, pidiendo a su madre que lo llevara al centro comercial.
Sin embargo, Raúl percibió la artimaña y decidió actuar con sagacidad. En lugar de caer en la trampa, optó por cobrarle a su hija el dinero necesario para llenar el tanque, un total de 50 dólares. La historia pone de relieve la capacidad de Raúl para estar atento a los detalles y no dejarse engañar fácilmente, incluso por su propia hija.
Su decisión de no asumir los costos del combustible revela una actitud responsable y una lección valiosa para Mía, quien aprendió sobre la importancia de ser consciente de sus acciones. Este episodio muestra la dinámica familiar entre Raúl, su hija Mía y su esposa, evidenciando una relación cercana basada en la honestidad y la comunicación.
A pesar de que la situación podría haber generado conflictos, Raúl decidió abordarla con calma y firmeza, estableciendo límites claros y transmitiendo enseñanzas importantes. La inteligencia y astucia de Raúl quedan en evidencia al convertir una situación potencialmente complicada en una lección de vida para su hija Raúl aprovechó esta oportunidad para enseñar a su hija sobre la responsabilidad y las consecuencias de sus acciones.