El mundo del regional mexicano se encuentra en shock tras las explosivas confesiones contenidas en el nuevo libro de memorias de Lupillo Rivera, titulado Tragos Amargos. En sus páginas, el cantante, conocido como «El Toro del Corrido», desentierra un episodio muy duro de la vida de su hermana Jenni Rivera, centrado en su hija mayor, Chiquis Rivera. Según Lupillo, Chiquis mantuvo una relación romántica prohibida con Elena Jiménez, una de las amigas más cercanas y confidentes de Jenni.
Este secreto, que data de hace más de una década, habría sumado otro punto de la famosa ruptura de madre-hija, la cual dividió a la familia. Lupillo detalla en el libro cómo Jenni, en un momento de profunda confianza, le reveló el hallazgo de fotos comprometedoras en el teléfono de Elena, quien era no solo una amiga incondicional, sino también socia en negocios de joyería que Jenni impulsó con generosidad. «Mi hermana se sintió traicionada.
Abrió su hogar, su corazón y su familia a esta mujer, y en retorno, descubrió que su propia hija estaba involucrada En una situación que la traicionaba en lo más íntimo», escribe el autor. Pero el relato no termina ahí: Lupillo asegura que Esteban Loaiza, el entonces esposo de Jenni, no solo sabía de la situación, sino que actuó como cómplice. De acuerdo con el testimonio, Loaiza presenció al menos un encuentro entre Chiquis y Elena,
Sin embargo, el impacto en Chiquis ha sido devastador. Fuentes cercanas a la cantante de 40 años revelan que, desde la publicación del libro la semana pasada, ha cancelado apariciones públicas y se ha recluido en su hogar en California. «Está en un pozo de depresión profunda. Este resurgimiento del pasado la ha golpeado como un tren. Llora por las noches, cuestiona su identidad y el legado de su madre. Siente que Lupillo no solo revivió el dolor, sino que lo amplificó para el mundo entero», confiesa una amiga anónima que la ha visitado recientemente.
