La industria del entretenimiento suele ser implacable, pero Manuel Mijares ha dejado claro que su faceta de padre está por encima de cualquier escenario. Ante la reciente ola de especulaciones sobre las preferencias sexuales de su hija, Lucerito Mijares, el cantante ha respondido con una mezcla de firmeza, dolor y orgullo. Mijares ha expresado públicamente que, si bien está acostumbrado al escrutinio mediático, le resulta profundamente doloroso cuando los ataques se dirigen hacia sus hijos.
Para él, Lucerito no es solo una artista emergente, sino una joven con una esencia pura que no merece ser objeto de discriminación ni de juicios basados en etiquetas externas o en su apariencia física. Lo que más ha sorprendido de esta situación no es solo la defensa del “Soldado del Amor”, sino la madurez con la que Lucerito ha tomado las riendas de su propia narrativa.
Ante los cuestionamientos directos sobre si le gustan las mujeres, la joven ha respondido con una serenidad que supera sus años. Con total naturalidad, ha aclarado que se siente atraída por los hombres, pero lo ha hecho sin afán de dar explicaciones defensivas, sino desde la libertad de quien se conoce a sí mismo. Lucerito ha comparado estas dudas sobre su identidad con preguntas triviales, restándoles el peso dramático que la prensa intenta imponer.
Su enfoque principal sigue siendo su carrera y el desarrollo de su talento, demostrando que su seguridad no depende de la aprobación ajena. Esta respuesta conjunta entre padre e hija envía un mensaje poderoso: en la familia Mijares-Hogaza, la autenticidad y el amor propio son la única verdad que importa.
